Dos semanas en Ghana

Pasados los primeros días adaptándonos a esta nueva vida, la cultura africana y el estilo de vida tan relajado de los ghaneses; podemos empezar a contaros muchas cosas.

Un aspecto que nos ha costado mucho y nos sigue costando pasados ya 15 días es la comida tradicional, por su particular costumbre de que todos los platos sean picantes. ¡Nuestras papilas gustativas no están hechas para soportar tanto picante! Por ejemplo, el otro día nuestra amiga Theodora (una de las chicas que nos recogió en el aeropuerto) nos llevó a pasar el día y conocer un poco más Ada Foah (el poblado donde nos hospedamos). Para acabar bien la noche nos invitó a lo que parecía una deliciosa barbacoa, lo que no sabíamos es que iban a ser probablemente los pinchos más picantes de toda nuestra vida.

Otra cosa que nos ha sorprendido mucho ha sido la hospitalidad de la gente, las ganas de saludarte, la curiosidad que tienen por nosotros. Hemos hecho ya algunas amistades. Con los que mayor afinidad tenemos, es con los hijos del casero de nuestro pequeño apartamento, Michael y Nicodemus, de 19 y 11 años. Hemos hecho tradición vernos cada noche y pasarla juntos ya sea para jugar a las cartas, tocar el Ukelele o ver una peli, obviamente en inglés. Además, estar con ellos hace que aprendamos de raíz como es la vida aquí.

Estamos exprimiendo las prácticas en el hospital todo lo que podemos. Los pacientes son, como hemos comentado anteriormente, muy agradecidos, curiosos y hospitalarios; por lo que al tratarlos siempre tienen un buen gesto o una buena palabra hacia nosotros, incluso algunos ya nos han invitado a su casa o a ir en su barca por el río.

El primer día que llegamos encontramos la sala de fisio llena de gente, al principio no entendíamos quiénes eran o que hacían ahí, pero pronto nos dimos cuenta de que esos iban a ser nuestros nuevos compis durante 3 semanas. En la consulta somos 11. El fisioterapeuta, 3 auxiliares de fisioterapia, 4 estudiantes de auxiliar y nosotros 3. En la sala hay tan solo 3 camillas, pero está muy bien equipada para poder hacer ejercicio terapéutico. Aun siendo tantos, somos capaces de organizarnos para poder llevar a cabo nuestro trabajo, aunque hay que decir que todos siguen el mismo ritmo de vida ghanés, calmado y relajado, tanto dentro como fuera del trabajo.

Primeras dos semanas superadas con creces, ¡seguiremos informando!

Olivia, Ana y Gorka