En la Tierra de los Inkas

Saludos a todos compañeros! La verdad es que es complicado resumir en un par de párrafos lo que han sido dos meses de asombro, enseñanzas e ilusión constante en un país tan interesante y variopinto como es el Perú.

La labor que tuvimos la fortuna de poder desempeñar en la fundación Aprendo Contigo fue realmente enriquecedora y desde un principio se nos abrieron todas las puertas y nos recibieron como si lleváramos años en la fundación. Los primeros días sí que es cierto que se tarda algo en asimilar todo el sistema de trabajo y la manera de actuar de la fundación, pero una vez los engranajes empezaron a rodar empezó bordarse una experiencia increíble. Es lo que tiene soltar a cinco jóvenes occidentales con ganas de comerse el mundo en una fundación llena de gente extraordinaria que acarrea ya 16 años de trabajo y compromiso con la situación de la educación de los niños hospitalizados del Perú.

También tuvimos suerte de poder viajar a lo largo del país y conocer de primera mano la calidez de sus gentes, sus costumbres ancestrales, su gastronomía y como no su gran biodiversidad y sus majestuosos paisajes. Desde tribus selváticas en medio del amazonas hasta poblados perdidos en medio de los Andes a 5.000 metros de altura, donde sobreviven felices con poco más que alpacas y papas deshidratadas. De desiertos a glaciares, de chamanes a músicos, de serpientes a leones marinos y de ceviches a anticuchos. La pureza de la vida natural en todo su esplendor y el aura de misterio de la tradición inkaika hicieron de nuestra estadía en el Perú algo mágico.

No puedo dar más que mil gracias. Gracias a todos los niños del hospital del niño y del INEN por cada sonrisa y cada gesto de cariño, gracias a todas las personas que se han cruzado en el camino por todas las enseñanzas, y gracias a la oficina por permitir que jóvenes como yo vivan esta aventura. Pero sobre todo gracias a la Pachamama y a mis compañeros que ya más que eso son mis hermanos, por haber compartido tantas experiencias, reflexiones, anécdotas, afecto y como no podía ser menos también alguna que otra botella de pisco.

Mucha suerte a todos con vuestras aventuras y a apretarle las tuercas a esta vida que es maravillosa.

Sámara, Sámara!!!

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