Aprendo Contigo – Perú 2016

¡Hola a todos!
Estamos ya de vuelta de nuestra estancia solidaria en Aprendo Contigo, Perú. Ahora, en nuestras casas siento que el tiempo se ha pasado volando y que lo vivido ha sido un sueño.
Hemos tenido la suerte de crear un grupo bonito entre nosotros, ya desde el primer día entre cervezas y bares hicimos piña; y eso, estando tan lejos de los tuyos se hace maravilloso. Creo que es una de las cosas que más ha pesado a la hora de disfrutar plenamente de la experiencia. Gracias compañeros de viaje, gracias amigos, peruanos de adopción.
Al llegar a Lima y pasar por la oficina de Aprendo Contigo nos invadió una sensación de plenitud. La forma de hablar del proyecto de las gerentes, con ese cariño y esa ilusión; nos encendió por dentro. Estar ya allí y entender que podíamos hacer algo auténtico por los demás era único.
Nuestro primer día, el primer contacto, nos reveló el secreto de la fundación. Su misterio no era más que las ganas, la pasión y la dedicación que destinaban a los niños, a las manualidades, a cada actividad. A cada niño le adecuaban la tarea al nivel escolar que tenían, a la situación emocional que vivían. Esa personalización hacía que la atención que ofrecíamos fuese especial, delicada. Además, al acabar el turno, se reevaluaba la situación del niño, como había estado, que había manifestado, todo…De esta manera se podía hacer un seguimiento holístico, que te hacía entender el porqué eramos tan importantes para esos niños.
Algo así como una dinámica de grupo, se hacía antes de subir a las salsa una obertura donde te daban las tareas de los niños que ibas a llevar, indicaciones psicológicas de cada uno de ellos y consejos o herramientas que te podrían servir a ti para entablar una buena relación. Al acabar, en forma de cierre, se explicaba como he dicho, la situación del niño, pero también era el momento de la descarga emocional propia; donde poder hablar de lo vivido por ti mismo.
A nivel personal descubres otra forma de ver la vida. Otros problemas, otra prioridades. Conoces las realidades de los que no tuvieron suerte, o se la quitaron, de la cara b de la soledad, de las miserias de esta sociedad de contraste; donde unos tienen muchísimo y otros no tienen ni plata para abrigar a sus hijos.
Invitaros a vivir algo así creo que es una obligación ética. La distancia con los tuyos, ver la muerte tan pragmática y acercarte a las injusticias te hace valorar mucho lo que tenemos; y sobretodo querer cambiar aunque sea un detalle de este mundo herido.
Estar en Perú creo que también ha sido una suerte y una oportunidad. Hemos viajado casi cada fin de semana, y al final de nuestra estadía nos fuimos 15 días a ver lo que nos quedaba de este país tan maravilloso. Hemos estado en Mancora, Huaraz, Iquitos, Huacachina, Cuzco, Titi Kaka, Arequipa… muchos rincones mágicos de Perú. Lo dicho, si podéis y las vida os brinda una oportunidad como esta os enamoraréis de Perú.
Gracias a la oficina por darme tal oportunidad y confiar en que las personas se pueden ayudar de corazón