Buenas desde Peru!
¡Me presento otra vez!, soy Manon, una de las voluntarias que ha venido a Aprendo Contigo una asociación que trabaja en el Hospital del Niño (hospital general) e INEN (Hospital de neoplásicas) de Lima. Llevo tiempo sin publicar, ¡o el tiempo pasa muy rápido no lo tengo muy claro!
Sólo me quedan dos semanas por aquí, una parte de mí echa de menos mi rutina, mi casa, familia y amigos, ¡que tengo ganas de volver a ver! Pero otra parte de mí siente que tengo que disfrutar hasta el último momento de esta experiencia y llevarme todo lo bueno. Cuando me toque irme sentiré que abandono, cuando realmente llegó mi hora de volver. Cada día vamos al hospital y atendemos a los niños. No son todos los días los mismos chicos y chicas sino que vas rotando de sala y atiendes a los que estén en dicha sala o planta. De esta manera evitas crear un vínculo con ellos, que no es bueno ni para ellos ni para ti. La idea de la asociación es que los niños y niñas esperen el momento; y no a la persona en sí, ya que nunca sabes cuándo te vas ni vuelves. EL hecho de no crear un vínculo personalizado hace que no se pueda romper nunca.
Echaré de menos la labor que realizo, o realizamos mejor dicho junto a los compañeros de aprendo contigo. Cada día es una experiencia nueva y nunca sabes lo que aprenderás. Debo decir que a nivel personal cada día me sorprendo más. Hace dos meses no me hubiera imaginado que fuera a hacer lo que hago aquí a diario.
Los niños provienen de todo Perú, como ya os expliqué en otra publicación, la sanidad del país está centralizada en Lima y llegamos a conocer niños y niñas que provienen de todo Perú. Normalmente no vienen acompañados de buenas noticias, ya que reina la pobreza en muchos casos y para cuando llegan al hospital han pasado por muchas manos y no siempre profesionales. Esto lo acabas sabiendo y cada vez eres más capaz de comprenderlo y aceptarlo. Debo decir que nuestra labor es olvidar esta parte, de la cual los niños son más que conscientes y hacerles olvidar; y compartir un buen momento. Como dice una de nuestras coordinadoras, se trata de sacar la parte sana del niño y hacerle recordar que a pesar de todo puede aprender y jugar.
Creo que lo que hace agradable y rellena de fuerzas todos los días es el agradecimiento por parte de los niños y padres por el trabajo que realizamos, sentir que hacemos bien y que no podemos llegar tarde por que los niños están pendiente de ver entrar a la persona del mandil verde (uniforme de aprendo contigo).
Manon